No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Autor Anónimo
soylauraO dijo...
Al Cristo de los Tres clavos en la iglesia de La Recoleta, en Buenos Aires,lo han acompañado con este poema. Estremecedora sensación, que el artista haya logrado centrar toda la potencia de la imagen en esos clavos que cuelgan a Jesús. No me enrolé en ninguna religión, y, sin embargo,me sensibilizó esa comunión de escultura y este texto que me conmueve cada vez, desde hace años.
http://enfugayremolino.blogspot.com
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4 comentarios:
Yo tampoco estoy enrolado en ninguna.
A veces envidio a las personas que si se enrolaron porque tienen un clavo ardiendo donde agarrarse.
Yo ni eso.
Besos.
Este poema es el más perfecto de la lengua española para expresar el amor a Dios, y el Amor de Dios. Un amor que no pide nada a cambio, tampoco el cielo que tantos desean tan desesperadamente. Es ese amor de donación completa, el amor que da sin esperar nada.
O sea: el único que vale
Besos! y gracias por compartirlo!
El poema es de una rotundidad y una fuerza increible. Es la declaración del amor absoluto.
Un abrazo inmenso
bellisimas letras nos regalas, esta asturiana sin esperar ser molestia se queda en tu bella morada, un besin
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